lunes, diciembre 10, 2007



El sonido de una mano aplaudiendo.

Hay una historia famosa que es ya característica del zen: Un joven monje intenta resolver el acertijo planteado por su maestro, que versa así “¿Cuál es el sonido de una mano aplaudiendo?”. Ciertamente el monje se sintió frustrado ante la pregunta, y no pudo responderla en el tiempo previsto. El maestro, ante la derrota de su pupilo, le da una prórroga de un mes. Pero el joven monje vuelve a fracasar, haciendo que el maestro le dé otra prórroga de una semana; y al fallar de nuevo el monje, le da otra prórroga de 3 días con la condición de, el pupilo errara nuevamente, se matara.



El cuento afirma que el joven monje, al final de segundo día, se iluminó. Pero como buen cuento zen nos oculta la respuesta resuelta por el alumno. Ahora bien. Yo me he puesto a pensar en este acertijo, cual joven monje, con la condición de matarme al no poder resolverlo al tercer día.



No sé muy bien si fue porque la muerte y yo no nos hemos querido conocer – vivimos muy ocupados, entenderán - o si porque, abiertamente confieso, me quería comer otra hamburguesa antes de morir; logré dar con tres respuestas:

1) Con los deditos y la cuenca de la palma se puede generar una pequeña palmadita (yo tengo los dedos algo largos), por lo que puede ser considerada el sonido de una mano aplaudiendo, mas no haciendo una soberbia ovación.



2) Agitando la mano fuertemente, tal como si se aplaudiera con dos manos, se puede generar un dulce susurro en el viento; y si uno tiene suerte hasta se puede entender una que otra palabra – generalmente quejas – que la mano regala a nuestra existencia. Ese también podría ser considerado el sonido de una mano aplaudiendo



3) Para el bien de mi ego, también puedo decir que el sonido de una mano aplaudiendo es sentarse. En este momento no sabría si un maestro zen me felicitaría o me golpearía con una vara de madera. Las dos vienen muy bien.



Pero confieso que la respuesta que más me satisface es la cuarta. (Sí, sé muy bien que nunca mencioné una cuarta. No lo niego, se me acaba de ocurrir). La respuesta número 4 es la siguiente:



4)










Kaze.

domingo, noviembre 18, 2007

Expo Feria de la Chinita (o a mí tampoco me gusta el nombre)

Hoy me fui hasta el círculo de los militares. Nunca he comprendido muy bien qué tiene de círculo ese lugar, ya que es un edificio de proporciones poco regulares que no siento necesario describir; y tampoco he sabido qué hacen los militares ahí (sí, yo también me he imaginado a los militares arrodillados en el borde de un círculo dibujado en la arena, jugando la partida más intensa de juego de metras).

Lo cierto es que al llegar me encontré con lo mismo que me encuentro todos los años que voy al círculo militar por estas fechas: La expo feria de la chinita, que tiene lo mismo que tiene todos los años (hasta tuvieron el descaro de poner los mismos stands, en el mismo lugar que el año anterior). Sin embargo no fue un viaje en el que perdí mi tiempo (tales viajes no existen) ya que encontré tres cosas interesantes. La primera, un puesto de chinos, que vendía cosas chinas, con chinos que lo atendían, y con precios muy chinos, lo que me pareció perfecto para comprar el buda de jade que desde hace ya bastante tiempo ando buscando. La segunda es el irónico hecho de pagar tres mil bolívares de entrada para, adentro, ver que todo lo que puedes comprar tiene mil o dos mil bolívares de sobre precio (supongo que esto no preocupa tanto, ya que el próximo año serán sólo uno o dos bolívares de sobre precio). Y la tercera y mejor cosita interesante que me encontré fue lo siguiente: Un puesto de churros (ver imagen). Claro, puestos de churros no son muy difíciles de encontrar, sobretodo en época de feria. Pero este puesto me atrajo por una razón: Su lucky cat. Lucky cat, dígase de el gato dorado que tiene todo restaurant chino, cuya pata constantemente se mueve, hipnóticamente, hacia delante y hacia atrás. Este gato está en el imaginario chino y japonés desde hace un tiempo ya, y se supone que su pata en movimiento atrae el dinero. Lo curioso de este específico gato dorado, es el lugar en donde se encuentra: en un puesto de churros (no chinos), atendido por dos amables gochos (no chinos), entre aderezos para churros como leche condensada y sirope de chocolate (NO CHINOS). Los amables señores que atendían el puesto me confesaron que habían comprado el gato en el puesto muy chino que habían mencionado ya anteriormente, y que había incrementado su clientela. Accedieron a tomarse una foto y siguieron sirviendo sus churros.

¿Qué les puedo agregar? Puedo ponerme filosófico y empezar a hablar sobre la globalización y las culturas mezcladas, pero sinceramente no es lo que a este viento le interesa.
Lamentablemente no tenía dinero como para comprar mi propio lucky cat, así que felizmente, con mi buda de jade y mis nuevas fotitos, me fui del círculo, y dejé a los gatos jugando metras.




El Duilfo

lunes, noviembre 12, 2007

Time, o la parábola de una cosa que no se como se llama

Time:

Una película ha llamado mi atención. Tiempo, de Kim Ki Duk (Muy Coreano). La encuentro en uno de los puestos de “El pasillo” de la UCV, en mi viaje para ver a Jorge Drexler. La llego a ver un mes después de haberla comprado y, como en el momento justo, se dispara un mar de sensaciones desde la pantalla de mi Pc (Sí, no tengo otro lugar donde ver películas en mi cuarto. No, no tengo televisor en mi cuarto. No, no soy extraterrestre… no tanto).

La película, brevemente, cuenta la historia de una mujer que teme a que su novio se canse de ver el mismo cuerpo y la misma cara todo el tiempo, por lo que se torna paranoica y decide, muy lógicamente, hacerse una cirugía para cambiarse el rostro. Pero realmente estos hechos son la puerta a los diversos significados de la película, pues la misma esconde un universo de vacios para que uno juegue a colorear el mundo de los personajes. Es una obra de arte, que debe ser apreciada por aquellos que ven las películas para buscar algo más que una historia entretenida, pistolas, dibujos con chistes sarcásticos, o algún par de senos.

Es una metáfora del tiempo, que nos deja en el aire la pregunta que si tal mismo existe. Sí tiene dudas acerca del poder que tienen los relojes, de por qué se repiten las cosas en nuestras vidas, de por qué tenemos la necedad de ir contra el tiempo que nosotros mismos diseñamos, y de aferrarnos a cosas que ya no están ahí, deben ver esta obra.

Finalmente les dejo pensando sobre esta imagen (de la misma película y, al mismo tiempo, de un parque de esculturas real, en Corea). Observen las manos sosteniendo a la chica. Observen la escalera que esta deja en el infinito, observen las raíces en el agua. Sentí, cuando vi esta escena, que las manos eran el tiempo humano, el presente, abierto todo el tiempo, porque cerrado no nos podemos sentar en él; la escalera que se va hacia el infinito, es el tiempo futuro, siempre inexistente e inexplorable, solo imaginable; y debajo del agua o tierra, ya donde no se puede desenterrar (y desenterrarlo es una tontería que puede arruinar la base de la obra) esta el pasado, la memoria y los recuerdos. Entonces uno se sienta en donde están las manos abiertas, porque no es posible vivir en otro estado, porque no puedes vivir bajo agua o tierra, o en un lugar que no está hecho aún. Solo el presente nos abre las manos.


Los dejo por hoy. Nos vemos en unos días.




Kaze

viernes, noviembre 09, 2007

Sueño bidireccional

Un día como todos me despierto en el medio del cielo. Mi cama flotaba en el suelo del firmamento, hecho, como sabrán, totalmente de algodón de azúcar refinado. Me bajo de la cama, cuidando muy bien de comenzar con el pie derecho, entonces pienso: “¿Por qué cuando uno comienza con el pie izquierdo, comienza mal el día?” Inmediatamente se levantan de las nubes un centenar de podios, de esos que usan los dirigentes políticos, o dirigentes eclesiásticos, o cualquier otro tipo de titiritero vulgar; y hombres hechos de papel periódico empiezan a balbucear violentamente palabras muy ciertas en lenguas que definitivamente no entendía.

Al cabo de un rato me terminé por cansar de toda esa verborrea de palabras extrañas que aún no resolvían el hecho de comenzar con el pie izquierdo o derecho. Para no herir sentimientos, simplemente, decidí acercarme al borde inferior de la cama, y bajar con ambos pies: Al-mis-mo-tiem-po. Al unísono con esa acción polisílaba miré hacia abajo. El planeta se extendía con todo su esplendor, y desde la región dibujada con nombres de China, Cuba, Latinoamérica, Rusia y otros que simplemente no sé escribir; se levantaba un vapor rojo seco, rojo oscuro, rojo sangre marchita y vieja, como si fuera un suspiro de la arena que la tragó hace años y años, y años. Y al llegar a la altura en donde yo me encontraba tomaron forma vaporea-humana. Ellas no hablaron, susurraron. Ellas no gritaron, advirtieron. Ellas me abrazaron, y desaparecieron.

No tardó mucho tiempo para que yo entonces dejara de mirar abajo, y mirara al horizonte multicolor sin pensar mucho en lo que había sucedido. Me deje tragar por el amanecer, y con ambos pies, comencé mi día.

miércoles, noviembre 07, 2007



Les disparas a los perros negros que son el miedo. No, no. Espera, tranquila. No tengo nada contra los perros reales, sino esos ficticios tan tuyos que son los miedos. Y bueno, sí, como son tuyos y de tu mente tienes como derecho a dispararles con una pistola imaginaria, ¿no? Así que le disparas, los confrontas, y de las heridas y gritos de los perros brotan 100 flores. Y así se cumplen algunos deseos, pues algunos desean que broten 100 flores. Lo que me hace pensar… ¿por qué pienso?

En fin, estoy de acuerdo en que las tortugas probablemente sean budistas, la paciencia es una característica tan meditativa de estos animales, que los coloca en un escalafón superior de la escalerita espiritual. Ellas y los gatos. Pero de los gatos hablamos luego.

Nos vemos.





Kaze.

martes, noviembre 06, 2007

Manual de Carreño 2.0 - Para caninos-

El cielo le regala al mundo esta imagen, y seré lo que debo ser: Voz del viento que lleva el mensaje del cielo a los pocos ojitos que lo quieran ver. Muy apropiado al hoy el hoy.

La autora: Natalia Álvarez
La obra: Manual de Carreño 2.0 -para caninos-
El material: Papel bond y tinta china (en este caso, cyberchina)

Mundo


Usualmente, viniendo de mí, esto sería un comentario, incoherente y sin mucho sentido o relevancia, sobre alguna carta del tarot, o algún pensamiento disquefilosófico que pretenda hacerme ver algo como muy inteligente o merecedor de lectores en un blog, o de los lentes que llevo puestos. Pero sucede que no viene de mí, y mí ya no tener estas necesidades tan ególatras (creo, espero, al menos no sean de tal grado), sino que se trata de uno de mis alumnos. Él escribió lo siguiente.


Érase una vez un hombre, que cada vez que salía a la calle lanzaba un papel al suelo, y siempre era lo mismo. Hasta que un día vió las noticias y oyó que nos quedaban pocos años de vida, que la tierra estaba muriendo, pero no le importó y creyó que era mentira, que era pura publicidad. Pasaron meses y oyó que en la India hubo un tsunami y que era por causa del calentamiento global. Todas las personas gritando por las calles "NOS QUEDAN POCOS AÑOS" y el hombre le dijo a su familia que iban a hacer una campaña de recolección por toda la ciudad, y dieron discursos por todo el país, y la gente empezó a tomar conciencia. Dejaron de tirar basura, las industrias pensaron en la tierra y dejaron de contaminar sin necesidad, se crearon nuevas tecnologías que no contaminen al ambiente, se salvó el mundo.


Atilano Barroso.

7mo Grado


Sí, puede que el hombre en cuestión nos recuerde mucho a Al Gore... pero lo cierto es que, a un niño de 7mo grado se le permite soñar, todavía.


domingo, octubre 28, 2007

Imagenes

Las atrapé volando, cual luciernagas curiosas como diría Gardel. Aquí se las dejo:

1.-
Las palomas volaron hoy. Probablemente ayer también volaron. Vuelan todos los días ¿No? Lo cierto es que hoy lo noté. Hoy sí me di cuenta de su vuelo. De los círculos, de la comparación. Las palomas vuelan de manera circular, haciendo óvalos o curvas en el aire. Nunca se lanzan en una línea recta, a menos que aterricen. ¿Será por eso que vuelan?

2.-
Si no estuviera ese muro no tendríamos huella. Nuestras pisadas en el suelo se van como agua del río. Nuestro tiempo se va como agua de río. Puede que sea por eso mismo que construyamos cuadrados y cuadrículas: para encerrar el tiempo en esos muros. Veo ahora un muro blanco con letras rojas que reflejan un pensamiento humano. Un muro blanco humano que de fondo tiene a un árbol bailando al viento. Una huella humana que tarda un poco más en irse. Ni tiempo ni viento se pueden contener.

3.-
Desperté, vi el reloj en el cual bailaban manchitas y rayitas subiendo y bajando entrando y saliendo de la nada y del todo cuando nunca hubo tiempo en el tiempo y el cepillo y el agua con un peine que abre los ojos y entonces. Desperté.

4.-
Son dientes. Cositas blancuzcas de moléculas ordenadas y entretejidas de manera estructurada, que detrás tienen un conjunto de redes nerviosas, eléctricas, como las maquinas, y por donde siempre puede salir sangre, pus, caries, y demás cosas que hacen que la odontología tenga algún valor social. Dientes, entre un par de labios que se estiran llevando la entretejida red de músculos que halan, contraen, estiran y arrugarán en algún momento. Piel que muere constantemente, dientes que siempre están envejeciendo. Carne que será podrirá. Dientes. Son dientes. Pero igual ella sonríe, y ya no parecen dientes.



5.-
Quiero ver tres lunas, un monumento de casitas colgando de la pared de los árboles monumentales de un bosque infinito, gente comiendo capuchitas de hongos que crecen en algunas esquinas, una bola amarilla que rueda en el medio de todo y que siempre se está quemando, y una suerte de barcos que navegan en un sistema de ríos que conducen a todas partes. Pero me abro la ventana, y veo a una Maracaibo, con los tres faroles circulares de mi edificio, con las ventanas de los otros edificios también despertando, a su gente desayunando pastelitos en las esquinas, al inclemente sol que se anuncia sobre el día, y los carros sin suerte en la corriente de carreteras que se van manchando de amarillo hasta el nacimiento de la noche.

6.-
Antes pensaba que la noche estaba herida de estrellas. Que en su piel dulce ébano habían penetrado invasores mosquitos que dejaron las picadas blancas y brillantes. Que el ojo del cielo se menguaba de mes en mes por la tristeza y el dolor. Pero luego me di cuenta: la noche esta herida de luz de ciudad, que no deja brillar a sus lunares, que invasores faros han nublado a los astros, y que el ojo del cielo mengua de mes en mes por la tristeza y el dolor.

7.-
Se ríen. Están en una fiesta y se deben reír. Beben. Están en una fiesta y deben beber. Bailan. Están en una fiesta y deben bailar. Cortejan. Están en una fiesta y deben cortejar. Celebran. Están en una fiesta y deben celebrar. Sin embargo siempre me pareció que celebraban mejor los globos que se habían dejado llevar por el viento arremolinado junto a la piscina, por eso fue que yo les sonreí, les bebí, les bailé y les corteje.

jueves, octubre 25, 2007

Volví

Volví.

Aunque no estoy seguro de tal afirmación.

La verdad es que en esta esfera no se puede estar seguro de nada. ¿Lo han sentido? ¿Ustedes también? Respóndanme si sí. Respóndanme si no. Finalmente abro las cortinas, y no hay show. Soy yo, así, como me ven. Finalmente. Respóndanme por favor, mientras me quito las armaduras.

¿Lo han sentido o no? Un hombrecillo dentro de una esfera que el mismo dibujó. Ahí en medio de un puente que uno a dos extremos internos. Delante de él una puerta con símbolos extraños, detrás recuerda una puerta de la que nació él y la paz. Intenta abrir la puerta delante: no abre, intenta abrir la de atrás, ya no está. Y se pregunta si tal puerta existió alguna vez. Se pregunta a su vez muchas otras cosas, como por ejemplo: ¿Habré imaginado tal puerta? o ¿Habré imaginado el lugar detrás de la puerta? o ¿Habré imaginado la paz? o ¿Habré sido el viento alguna vez? Y ante la fragilidad de las preguntas todo se desdibuja. Está ahí, el hombre. (¿Y el niño?) Está ahí, el señor. (¿Y el ser mágico?) Está ahí, el ciudadano (¿Y el viento?). Modesto entonces se sienta y se siente humano. Se siente y se sienta humano. Siente que se sienta y sentado está, bañado en tinta pregunta, sin puerta que abrir, frente a su blog.

Lorca entonces susurra “Y seré niño gritando: ABRETE SÉSAMO” con mi lagrimita entre las manos juntas, invocando.

Este soy yo, sin cortina. No hay show. Solo yo y ustedes. Ustedes y yo. Complétenme.

Volví.


miércoles, julio 11, 2007

Al otro lado del río...

Crónicas del Delta

Donde el dragón del Orinoco desenrosca sus cabezas. Ahí me dijeron que iría cierto día con tanta suerte. Y me dispuse a beberme mis miedos, fondo blanco, para poder montarme en ese avión que me dirigía a una causa por la que había soñado en otros tiempos, mientras escuchaba de esos seres que, sin buscar nada de nada, daban su ser por lo que creían.

Era yo ahora el que se metía en los caños de la desembocadura de ese gran río nuestro. Es curioso, solo hasta que sumergí mi mano, a pesar del riesgo de pirañas, nunca supe en verdad que era mío ese río tan sonado en los libritos con los que estudié en primaria. Así mismo me pasó con el pájaro, con el árbol sumergido hasta tal punto que solo su copa salía a la superficie, con las casitas alegremente levantadas en una orilla incierta; así mismo me pasó con la Venezuela que se me reveló debajo de la magnifica ave metálica en la cual viajé.

La ilusión de mi aventura se rompió por 6 horas de desesperanza total después de saber que había llegado muy tarde al vuelo. Me avergüenza confesar que mi sombra se apoderó de mí en ese momento, y fui yo grito e ira contra el mundo que enredaba sus caminos para que yo no llegara a tiempo ¿O era acaso mis mismos miedos a ser lo que siempre he querido ser, por no creerme lo suficientemente capaz? Tonto yo, el que tanto lo predicaba “No esperes nada y no podrás ser desilusionado” Ahí aprendí lo difícil que es no esperar. Lo cierto es que fue tarde. Tarde hasta que respiré y miré al cielo, abracé mi desgracia y entonces los árboles de mi patio sonrieron. Voy, en el último vuelo que sale en el día. Me encontraré en Caracas con el otro grupo, que me esperará, y de ahí un viaje directo a Pto. Ordaz, donde nos esperaría el transporte terrestre que nos llevaría al Delta. Y me monté.

A media noche de ese mismo día me sonreía Tucupita, capital de Delta, en un cuarto número 13 con televisión y aire acondicionado, libros y esperanza.

El siguiente día fue casi lo esperado. Un carro me transportó a Barrancas donde una embarcación me esperaría para llevarme por los tejidos del Orinoco hasta Santa Catalina, donde me esperarían los docentes que ansiaban escuchar mis palabras sobre la lectura. O todo eso imaginaba. Lo que no imaginé fue que me fuera a quedar a dormir allá en Santa Catalina, tal como me informó la organizadora, quien me transportó hasta aquel que me transportaría a Barrancas. Yo, informado, en el carro, sin más equipaje que un bolso con libros, repelente, gel limpiador, mi cámara, y suerte.

Camino a Barrancas logré cazar con mi cámara a un Arco iris naciente. Sí, también curioseé con la mirada por si acaso las historias sobre duendes eran ciertas, mas no vi ninguna olla repleta de oro. Lo que sí noté es que estaba ahora en una tierra mística, en muchos sentidos: Es una nación de agua, de donde vienen los arco iris. Tal pensamiento me mantuvo con la sonrisa hasta llegar a Barrancas. Su malecón se me abrió contento, presentándome al Orinoco. En ese momento supe que era una dama pretenciosa, esa Orinoco. “Esta crecido ahora, pero está de buen humor” Me dijo el barquero, al cual tuve las serias tentaciones de llamarlo Aqueronte, pues me llevaba a otra vida. A través de árboles hundidos, islas sumergidas, y una sonrisa inocente sobre esas aguas que saltaban para sentirte el rostro, llegué a Santa Catalina.

Entre historietas, novelas, cómics y juegos de video RPG yo ya había conocido tales cosas como Sta. Catalina, pero nunca en la vida real. Me llenó de tanta magia, me revivió tanta esencia, que al pisar su tierra se produjeron efectos en mí que aún están operando. Algo tiene que ver con despertar vientos muy profundos, cosa que ahora no entiendo pero que seguramente entenderé.

Subí la colina que protege al pueblo de las crecidas constantes del río. Camine por sus callejuelas limpias de carro y de humo, de corbatas y apuros. Era una pequeña Macondo sin muchas ganas de encontrar esa carretera a los grandes inventos. Eso pensé al principio, antes de ver las casas con las antenas de Direct Tv. Entonces supe que la persistencia de la fibra óptica era casi invencible, mas no imposible de sublimar. Lectores, estimados, no daré mucho rodeo: ahí había una paz de caballos cabalgando libres por la calle, de reuniones alrededor de un gran árbol mientras llega el barco – mercal, de inagotables invitaciones a comer siempre más.

Comenzó mi taller bajo la costumbre que conocía yo en mi tierra: con 3 horas de retraso. Sucedió que los docentes no estaban tan ávidos de escuchar mis palabras sobre la lectura, sino por escuchar a sus niños desarrollar la actividad y la exposición que habían preparado para ese día. Aproveché la ocasión y rondé por ahí un rato, viendo el colegio – granja en donde se realizaría la actividad, viendo las exposiciones, respirando el aire libre, y conociendo al cura a cargo de la escuela.

El primer día de taller fue abrirles el libro, cosa que conocían como herramienta, mas no como artilugio mágico de infinitas posibilidades de reflejo, mas no como reflejo siempre novedoso e infinito, mas no como esas tantas otras cosas que los libros son. Terminó sin más que contar. Un almuerzo muy agradable en el gigantesco comedor, de desproporcionadas ollas y cantidad exuberante de comida (no me quejo). Se fueron los maestros que tenían que irse, los vi, desde la colina, desaparecer en las curvas del Orinoco, y me dispuse a conocer el pueblo. En una hora lo recorrí completo, con las interrupciones propias de cada 5 minutos en las que la lluvia hacía su breve entrada. Conocí a un guacamayo que baila (probablemente familia de Guaky o el mismo Guaky escondido de los paparazzis), una rama de la familia del bambú que tanto me quise traer para mis entrenamientos de choy lee fut, una cantidad enorme de caballos sin nombre, una fiel representación de Rocinante, un cementerio donde no hay suficientes muertos, una policía que nunca necesita trabajar y, por supuesto, la escuela llena de animales diversos donde dormí.

Me desperté ese mismo día, en la noche, a comer con los curas una cena de panes caseros y casabe. Lo más delicioso de la cena fue la información que compartió el cura conmigo. Él dijo ser un egresado de la misma facultad, de la misma universidad y de la misma carrera; una fiel copia de Miguel Ángel Merino (mi profesor de español diacrónico) que casualmente también es español y también se llama Miguel. También me relató los cuentos del río, que suele ser como una carretera viva, que sube y baja cada año tragándose desde casas hasta islas, que la gente lo sabía y tenía una casa para la crecida y una para la bajada, que tal cosa como las inundaciones que salen por tele son mayormente mentira, que tiene humor el río y hasta se devuelve en ciertas ocasiones del año (es cierto, el río suele ir a la inversa, como algún río que soñé en tiempos perdidos). Que Santa Catalina no tiene energía eléctrica pero que la mayoría tiene planta, y que viven una vida tranquila. En verdad no había conocido cura con tan buen humor, que bebiera agua de coco con ron (muy buena) y que hiciera un café tan bueno.

El siguiente día el taller comenzó con menos gente, pero con mucho más entusiasmo. Pasada la teoría, entramos en contacto con la práctica. Que si la lectura y los libros, toquen los libros y léanlos. Que si la escritura y la motivación, escriban y motívense. A leer solo se aprende leyendo. Y muchas gracias.

Me despedí de Santa Catalina entre cervezas que no podía negar, no porque me gustaran sino porque me la ofrecían ya abierta. Sin embargo tampoco me dolió mucho beberlas mientras navegábamos a Piacoa, pueblo de embarque y descarga en donde buscaríamos un pescado frito y un tanque de gasolina para llegar a Barrancas. Fue por eso que llegamos a Barrancas unas horas más tarde de lo debido y no encontré a mi transporte. Agradecido estuve de que pasaran por mí, minutos luego, un hombre que me contó que ni su responsabilidad era, pero como trabajaba con la zona y se había enterado que tal profesor no aparecía y venía de Santa Catalina… A todas estas yo no había podido comunicarme a falta de cargador para mi celular sin baterías.

Llegué a Tucupita, después de brindarle a mi transportista una cena de su preferencia y comer chorizo de venado (para probar antes de morir). Las cariñosas docentes que viajaron conmigo estaban preocupadas por mí y me expresaron alegría de haberme visto. Me agradaron tales abrazos. Me agradó tal sentimiento de familia. Me agradó ser… humano.

Y es que eso fue el centro de este viaje, lo que se sigue removiendo. Lo supe revisando los rostros alegres del mercado al siguiente día, preparando la bola de plátano en el pilón, recordando las personas que me sonreían en el pueblo, los niños, los docentes, el barquero, los nuevos amigos: soy un ser humano.

Con todo esto me vine en el avión de regreso, dejando una sonrisa. Entré en el apuro de luces de la ciudad, entré humano y viento, y removido. ¿Qué vendrá luego? Definitivamente muy serio voy remando y muy adentro sonrío…

…Maracaibo desde arriba es tan bonita como los cielos de los pueblos donde no llega la luz.
Carlos Viento.


martes, julio 03, 2007

De vuelta del mundo de las sombras

Estuve de viaje.
Me metí dentro de mí y por eso no escribía.

Meh.

Les diré la verdad.

Me metí muy dentro de mí, tanto que por poco no me devolvía. Fue entonces cuando me dí cuenta de que era el lugar idoneo para poder escribir. Y escribí como loco. Como Quijote que en vez de lanza tiene un lápiz que se mueve con el pensamiento. Pero entonces me percaté de que, si yo estaba dentro, ¿Quién gobernaba fuera?

La sombra.

La sombra siempre estuvo afuera durante todo el mes de Junio. ¿Quién más podría estar gobernando mi cuerpo y mi conciencia?

¿Qué? ¿No sabes lo que es la sombra? Tu tienes una. De hecho, el no saber o aceptar que tienes una es la razón principal para tener una. La sombra, sin mucho rodeo, es el tú que no te gusta.

Salí corriendo entonces, para no dejar que la sombra hiciera locuras, yo que conozco muy bien a mi sombra porque he hecho tratos saludables con ella. Y la encontré como siempre. Comiendo lo que no puedo comer, haciendo lo que no suelo hacer, atreviendose a lo que no me atrevo, flojeando donde usualmente trabajo, y lo peor, alejandose de la gente lo más posible, sumergiendose en un aislamiento voluntario, tal como le gustan a las sombras.

Despues de pensarlo un poco, resolví por dejarla estar el tiempo que tuviera que estar. En anteriores enfrentamientos a las sombras me había encontrado con que estas son tercas e infranqueablesm, no hay nada que las saque del camino que decidieron transitar. Así que la dejé estar, sentandome a su lado, tomándome un cafecito con ella cuando se cansara de estar allá haciendo y deshaciendo. Eventualmente quiso de nuevo ir adentro, dónde le aguardaba su recamara tranquila y acolchonada (a las sombras le gustan las cosas así, muy distinto a como las trata la mayoría de la gente, colocandolas en el retrete de la mente); y en agradecimiento la sombra me contó de cosas que había oído decir a las otras sombras. Entre ellas recuerdo estas:

Lo que dicen las sombras:

sombra de monja: "Los aparatos sexuales pecaminosos no se comparan a la cruz de Jesús santísimo divinisimo en las alturas de la magificencia de..."

sombra del profesor: "¿Por qué extinguieron los castigos físicos?"

sombra del político: "Todo es porque no me prestaron sus juguetes"

sombra del ejecutivo: "Si me hubieses regalado aquel helado"

sombra del fumador: "mami..."

sombra del sacerdote: "¿Cómo habrá sido la Magdalena...?"


Y con eso se fué. Entonces me dispuse a seguir mi labor en el blog... cuando recordé... ¡DEJE TODOS MIS ESCRITOS DENTRO DE MI!

P.D.: Ya reanude mi labor en el blog, reconstruyendo lo olvidado. Pero necesito su ayuda, y la de sus sombras, par aque juntos me ayuden a crear un diccionario de diálogos de sombras. Es sencillo, solo pídanle a sus sombras que les cuenten lo que dicen en secreto, y lo que dicen las otras sombras en secreto; y coloquenlo en los comentarios de este texto. Muchas gracias por su atención.



Abrazos.

El viento.



miércoles, junio 06, 2007

Petit la muerte


Es así. Me quedo dormido con un libro en el rostro.

Levanto el techo de papel y veo esto. Un desfile de figuras rascacielosas, patas alargadas y delgadas, cuerpos lejanos y animales; se acercaban a mí. Esos mamíferos jugando a ser insectos sobre el agua se acercaban a mí. Con un paso traquilo, doble, pum pum, pumpum, pum pum, pumpum pum pum. Yo era un yo de tela negra, no sé si sigo siendo.

Risas, escucho. Diviso y a lo alto, montadas en los animales, varias figuras disfrutan. Desnuda la mujer de todas las mujeres frota su sexo contra el lomo del león de patas largas, orgasma llamas que se derraman y llueve; noto entonces que deshace su moral en una serpiente roja. En otro animal va mi sombra, con una máscara plateada, sonriente. Esta era la que lanzaba esas risotadas fastidiosas, estridentes, reventadas. Trancaban el CD de mi sueño. En otro, el elefante, voy yo y ya no estoy abajo. Es entonces que juego.

- Esta muerto amigo, tu no eres mi amigo, pero de todas maneras estás muerto - Risoteaba la sombra

Y me dí cuenta de lo cierto. La falta de cuerpo me elevaba dulcemente hacia todos mis miedos. La necesidad de una realidad me hizo pesado. Todo, todo, se derritió y me cubrió.

Estoy ahora en un ataud que luego abro. El ataud flota en un mar infinito, de horizonte nocturno y hermoso. Me dí cuenta de que entonces estaba solo, de que y esto siempre había sido una realidad irrevocable.

- Sigo muerto ¿Verdad?

Y a lo lejos un faro me respondió.

Carlos Viento con un poco de Karel.


martes, mayo 29, 2007

Guión de títeres para una nación

¿Quieren que diga algo sobre lo que sucede actualmente? Lo diré.
"Ya todo es rojo
geranios rosas vino
bandera sangre"
Mario Benedetti
Dos hombres de carne y hueso y traje se acercan al teatrino para comenzar la función. Es uno de esos cuyas marionetas son haladas por hilos. Abren las manos y las estiran. Mueven los dedos ansiosamente. Los estiran de golpe, y en el acto se hacen los hilos al suelo de cartón del teatrino.

Acto 1

Tictactoc Tictactoc Tictactoc
Alzadas las marionetas inician su baile. Las controladas por uno de los hombres mezclándose con las que controlaba el otro. Ambos titiriteros haciendo hablar e interactuar a sus hijos de cartón. Tanta era la mezcla que los hilos se enredaron entre ellos, pero nunca sin dejarse libertad de movimiento.

Acto 2

Tirurapturu Tirirutiturapturu
Las marionetas cambiaron su ropa. Ahora eran claramente identificables. Las de uno de los titiriteros eran de color negro con azul, y las otras rojas y amarillo. Seguían con los hilos mezclados pero con las caras bien puestas. Ahora rostros rajados se dibujaban. Y así, alguien, alguno de los titiriteros, lanza una piedra al centro del escenario. Las marionetas entonces se lanzan, entre ellas, piedras de cartón, queman cauchos de cartón, paran vías de cartón y lanzan bombas de cartón. Los unos a los otros y los otros a los unos, sin darse cuenta de que los hilos enredados les obstruían el movimiento.

Acto 3

Tiluntalilun…

Se quema el teatrino, las cortinas y los hilos. Ese fuego vivo, protagónico, escala hasta las manos de los titiriteros. Entonces estos se dan cuenta de que ahora son de cartón, y que desde sus manos un hilo los ata. En el mismo salón, quemándose, están otras mil escenas parecidas: con teatritos de colores divergentes, con cartelitos de símbolos contrarios, con humito que se pierde en el techo; y una mesera que constantemente dirige a los nuevos jugadores a un teatrito desalojado y virgen, pide la orden de los jugadores, que casi siempre es un cafe que estos dejan olvidado, quemarse en las llamas del tercer acto, sin nunca ser bebido.

Yo entonces veo desde la ventana, echando, de vez en cuando, un ojo al engranaje de esta plural cajita de música.
Carlos Viento
Y hablando de títeres... les regalo esto para que pasen un mejor rato.





sábado, mayo 26, 2007

Palabras para el festival de poesía

Entro emocionado a la sala y me siento en la silla. Miro entonces alrededor y observo a los poetas, todos. Unas evangélicas, otras poco evangélicas, un viejo con piercings, una especímen raro de arrugas y pasiones sepias. Y Cortazar dijo:




Entonces me levanté y dije:

"Entre poetas
me innundo de palabras
pero soy ave"

Y como ave me fuí.

Feliz festival

miércoles, mayo 23, 2007

Respiro de un espejo





Detrás de la puerta había una pradera y estaba él, mismo que habías estado sentado esperando a él, mismo que abría la puerta. Sentado veía el pasto, alto como él que estaba sentado, y sentado veía el borde del pasto. Se movía y así sus ojos, así, como se movía el pasto. Serpientes que buscan llegar al cielo, sentadas, sentado, y no se pueden mover. Como él, ancladas están al suelo. Sentado.

Una piedra en su mano se moldeaba con la forma del pensamiento. Pensando él la movía entre sus dedos. Pensó. Y así la lanzó. Lanzada la piedra volaba al aire y miraba hacia abajo mientras él miraba a la piedra. Y la piedra miraba los tres senderos entre pastos, senderos sin color, sin marrón de los senderos, y sin piedras. Volaba la piedra hasta que cayó y él la miraba y voló. Volaron 10 pájaros negros que salieron de todos los pastos, y quizá la piedra liberó de las serpientes a los pájaros cautivos, y quizá la piedra al caer dibujó de marrón los senderos, y en el sendero él sentado donde el camino era tres, viendo los pájaros volar. Volando con los pájaros, él, sentado. Y volaban juntos aunque nacieron separados, de distintas serpientes, de distintos pastos, sobre el pasto, volaban como si el aire los llevara en su oscilar, él, sentado oscilaba. Un disparo, de ningún arma, de ningún rayo, y cayeron todos los pájaros dispersos, ya no estaban juntos, y él sentado. El pasto tragó, y sentado él seguía viendo las tres sendas sin color mientras moldeaba una piedra y cerraba la puerta.


martes, mayo 22, 2007

Navegación ocasional




Iba yo tranquilo, viento, caminando lo que pueda caminar. Miré entonces hacia mi pecho y abrí una puerta. En ella encontré un baulcito de piel de mariposa, que se abrió de muy buena gana ante un suspiro mío. Dentro del baúl encontre dos sílfides que dibujaron en el aire las siguientes palabras, en ese mismo orden:


"Respira ahora

Adentro y afuera

Rompe el espejo"


Y luego se dibujó...


"Murieron eras

pero el cielo y el viento

seguían ahí"




Con una sonrisa retorné la mirada afuera, lejos de mi pecho, y seguí dando clases o dibujando en las mentes casi ajenas.




lunes, mayo 21, 2007

De cómo la luna renunció a su cargo


De cómo la luna renunció a su cargo

La luna se había cansado de estar bajando, cada noche de luna nueva, a ver a Endimión dormir. De hecho, la razón por la que comenzó a bajar ya no tenía sentido, porque ya no se renovaba a sí misma al ver a este durmiente que no le dice más que un silencio que ella no comprende.

Una de esas noches de bajada, pensó en huir de su destino. Ya en la cueva del durmiente, miró al cielo, a sus propios silencios estelares, y se puso de puntillas para alcanzar al carro que la llevaba, todas las noches, a viajar por ese mar de puntitos blancos. – No, mejor no. Ya no quiero estar allá arriba tampoco- Y pisó bien la tierra. Miró su ser y se deshizo de su brillo. Miró a Endimión y le lanzó un beso desde la entrada de la cueva. Miró al horizonte y sonrió. Emprendió entonces la que fue la luna un camino muy humano, dejando su trono en los cielos para que cualquier otra ocupara su cargo.

Cuando ya a lo lejos la luna manchaba con barro sus pies descalzos, en la cueva que había sido su hogar una vez por mes, un ser mítico abre los ojos.
Carlos Viento


Allá va selene


PRECIOSA Y EL AIRE

A Dámaso Alonso

Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene
por un anfibio sendero
de cristales y laureles.
El silencio sin estrellas,
huyendo del sonsonete,
cae donde el mar bate y canta
su noche llena de peces.
En los picos de la sierra
los carabineros duermen
guardando las blancas torres
donde viven los ingleses.
Y los gitanos del agua
levantan por distraerse,
glorietas de caracolas
y ramas de pino verde.

*

Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Al verla se ha levantado
el viento que nunca duerme.
San Cristobalón desnudo,
lleno de lenguas celestes,
mira la niña tocando
una dulce gaita ausente.

Niña, deja que levante
tu vestido para verte.
Abre en mis dedos antiguos
la rosa azul de tu vientre.

*

Preciosa tira el pandero
y corre sin detenerse.
El viento-hombrón la persigue
con una espada caliente.

Frunce su rumor el mar.
Los olivos palidecen.
Cantan las flautas de umbría
y el liso gong de la nieve.

¡Preciosa, corre, Preciosa,
que te coge el viento verde!
¡Preciosa, corre, Preciosa!
¡Míralo por dónde viene!
Sátiro de estrellas bajas
con sus lenguas relucientes.

*

Preciosa, llena de miedo,
entra en la casa que tiene,
más arriba de los pinos,
el cónsul de los ingleses.

Asustados por los gritos
tres carabineros vienen,
sus negras capas ceñidas
y los gorros en las sienes.

El inglés da a la gitana
un vaso de tibia leche,
y una copa de ginebra
que Preciosa no se bebe.

Y mientras cuenta, llorando,
su aventura a aquella gente,
en las tejas de pizarra
el viento, furioso, muerde.
Federico García Lorca
Este poema esta dedicado a Selene, la primera luna
¿Y si el niño fuera el que viniera a la fragua?



sábado, mayo 19, 2007


Un pequeño duilfo viento llega al hogar de todas las letras. Es esta una casa fea, muy fea. Refea les digo. Pero el viento le toma cariño - No lo saben ustedes pero el viento le tiene mucho cariño a los lugares, muchas veces más que a las personas - y hace de esta casita, su hogar. Desde entonces el viento se empapa de todas las letras, aprende a leer las piedras y los caminos, las estrellas y los colores invisibles; aprende que no solo se lee en los libros, pero de todas formas hace de libros las paredes de su alma. Es un trabajo difícil, pues si cada libro es ladrillo, solo al leerlo puede ser colocado; y el alma del viento es un gigantesco laberinto en espiral.
El viento hace sus viajes, conoce al mar, ama al mar y se empapa de mar, pero siempre regresa a esta su casa, la casa fea de las letras. Conoce a la luna y destruye su propio mundo y vuelve a la casa fea de las letras. Conoce al fénix, escondido en una mujer de espinas, y quema las cenizas de su mundo, dándole un poco de la esencia del fénix. Conoce al cielo y surge una nueva estrella de reconstruir su mundo, pero siempre tiene a la casa fea de las letras. El viento en esta casa también conoce a seres curiosos. Una rosa blanca, una mujer de oro tan vacía como el abismo, y una mujer de espinas, ya antes mencionada. Las ama, el viento entonces las ama. Claro, nunca como al mar, puesto que el amor del mar y el viento es viejo y poco comprensible. Nunca tampoco como el amor hacia la Luna, ni el amor perenne entre el cielo y el viento. Pero el viento las ama. Ahora, ellas siempre estuvieron muy ciegas de esto. ¿Amaron al viento? no se sabe ni importa. Ellas no estuvieron dentro del viento. No como otros personajes importantes, los siempre vivientes en esta casa: Poetas que querían dar a luz a poetas. En esto el viento tuvo mucha duda ¿es el viento un poeta? aún lo duda. El viento es viento y nada más. Así como la gacela es gacela, salta y nada más.
Así el viento vive y ama este hogar suyo. Sale y vuelve, revuela y reentra. Va al mundo de las palabras en otras lenguas y vuelve a sí mismo, espiralmente se balancea entre los arboles y hojas y siempre vuelve. Conoce más personas, más poetas, más cariños y más aprende el viento. Les puedo decir que el viento aprendió con certeza que no sabe nada y que tampoco importa mucho. Fue entonces que el viento comprendió que el camino había terminado.
El viento se despide de ustedes señores, que también hoy se van de esta casita fea que tanto queremos, o que por lo menos yo tanto quise. Les deseo suerte, como se que ustedes también me la desean a mí. Ya es hora de abrir las puertas de mi mundo, desde hace mucho tiempo en reconstrucción, y que vuelvan a fluir las letras por mis manos, como hojas en el viento.
Ya los tiempos son cariñosamente distintos. Sonrío al horizonte y repito lo que dice mi hermano "Futuro bonito, el futuro es bueno". Son lo que creen, son lo que saben, son lo que sienten. Vívanse, en sueño, nunca se lo tomen demasiado en serio. Son palabras de otra parte que quizá no visiten, quizá sí.
En el corazón del viento siempre estarán, y así una parte de ustedes siempre estará en vuelo.
Felicitaciones Letrados. El viento ahora tiene que partir a dibujar su inmortalidad.
Palabras personales:
Andreina, mujer de oro: Abre la boca y aspira mundo
Blanca, Rosa: Floreces increíblemente, volveré por tu vida para contarte algo y hacerte reír
Vanessa, Fenix de espinas: .... Gracias por el fuego, ya esta a punto de abrirse la puerta. Ya casi vuelvo ahí, ya casi. Espero, REALMENTE espero que tengas razón.
Adios señores, y feliz juego.

viernes, mayo 18, 2007

Nueva portada


Un día antes de graduarme, como no podía dormir, me dediqué a diseñar la portada del blog. ¿Qué les parece? Donde encuentren esta imagen estará un link que los conecte directamente a esta página.


Además de eso también les dejo este anuncio: NECESITO ILUSTRADORES para la novela online. Quien quiera puede participar, lo único que necesito es que me dejen sus dibujos en el mail: dreamscaster@hotmail.com. Muchas gracias a los que participen. Pronto estará arriba el siguiente capítulo.


Nos vemos señores, necesito dormir para disfrazarme de zamuro... alegre zamuro con sombrerito.

miércoles, mayo 16, 2007

Vacío #2



Lo contaré de todos modos.

En un principio era el vacío. Pero ya al decir mi palabra deja de serlo, y al ser yo, entonces, no es vacío ya. Así que necesariamente el verbo se adelanta al vacío y se llena este de palabras; mis palabras, ahora en tu voz que las lee. Vamos, lee en voz alta, créame en dónde estés leyendo.

Ahora ya no es vació pues ya es. Del no-ser pasa al ser, y ahora es esfera. ¿Por qué una esfera? Pues no se me ocurre otra hermana forma que sea tan vacía: Pues la esfera no tiene lados, no tiene razones, no tiene ángulos, no tiene contrarios, ni vértices, ni nada. Y al tener nada entonces lo tiene todo. El principio y fin de la esfera siempre es el mismo, y de esta forma nacen también todas las formas. Es este ex vacío una esfera: un cuarto sin fin ni comienzo, ni techo ni suelo, ni ninguna gravedad. Pero algo sí hay en este recinto: un color. Amarillo es todo su borde, amarillo todas sus paredes indefinidas.

Recapitulando para tener todo claro y entendido: primero fue el vacío, que se llenó de verbo y este despuntó en todos sus horizontes, dibujo una esfera amarilla que creció uniformemente, como solo las esferas pueden hacerlo, y nos encontramos, intrusos, en el punto medio de este espacio esférico y amarillo. Estamos flotando, pero ¿Qué flota junto a nosotros? Solo ustedes pueden decirlo, y al decirlo, verbo, es. Al ser entonces cambiamos de perspectiva. Y está él flotando. También esta ella flotando. Pero ellos dos no lo saben, no se saben el uno y el otro en el mismo lugar, por lo mismo creen estar solos, y solos hablarán.
- Estoy – Dice él flotando en la nada – Y soy un dibujo blanco negro claro oscuro de múltiples temperaturas, mi piel es de luz, y floto.
- Estoy – Dice ella flotando en la nada – Y siento el agua en la que estoy sumergida, no me preocupa respirar porque no sé que es tal cosa, pero al decirlo lo creo, lo recuerdo y ahora me estoy ahogando, me ahogo, mi piel de espejo se ahoga por no poder respirar.
- Necesito
-Salir
- De aquí

El vacío se les hace insoportable. No los culpo. A mí también se me hizo insoportable y tuve que salir por la misma puerta. A ti también se te hace insoportable. Así que nadan y dicen y al decir hacen, pero por más que nadan nada consiguen en esa nada.

- Cierro los ojos pues ya no quiero ver – Dice él y se enrosca en su propio cuerpo de luz con sus manitas en el rostro
- Ciérrome el pecho que ya no puedo con más agua – Dice ella volviéndose opaca, siendo sombra
- Soy
- Estoy
Y al unísono los dos dicen – Existo

Al abrir ambos las manos crispadas se deshace la nada en la que están. El verbo los sacó del mar que ahora está debajo de ellos, debajo de sus pies. Si quisieran se harían un barco de palabras, pero no. Deciden decir otra cosa.

- Este mar. Hoy. En un sólo segundo se abre todo el conocimiento y sabiduría del verbo, pero mi mano no alcanza para asirlo – Dice él
- Esta mar. Siempre. En un sólo segundo se abren todas las sensaciones del mundo, pero temo que mi piel se desgaste ante el oleaje – Dice ella
- El mejor barco del mundo me es ahora inútil, pues de navegar en este conocimiento, ¿cómo haría para diferenciar cada gota?
- El vaso más profundo del mundo me sería inútil, pues de poder contener todo este conocimiento, ¿Cómo haría para ser yo tan vasta como para beberlo todo?
- Las preguntas
- Enturbian
- El mar
- La mar

Y ciertamente el mar o la mar se gira entre tus dudas, se crece y se emociona. El mar entonces da nacimiento al puente primordial, la piedra primera. Un largo puente que va de punta a punta de la esfera se eleva desde el mar, sosteniéndolos y alejándolos del agua inicial. Ahí en el puente primero tiembla todo, y en siete horizontes distintos, la nada dibuja siete estatuas parecidas las unas a las otras. Son siete seres asexuados sentados en la calma y contemplación. Son siete dorados con las manos cerca de su vientre, a algunos dedos debajo de su ombligo, en posición de como quién toma una manilla para abrir una puerta. Las manos, la izquierda siempre cerca de la derecha, están como a la expectativa de unirse, la una con la otra, para el nacimiento de algo desconocido por ahora.

La aparición de los siete dorados calma todo, incluso ellos están calmados, incluso tú estás en calma. Ahora sí, la paz es el momento, la división de divisiones ha terminado. Con el vacío listo, y una puerta al final del puente, en el punto extremo de la esfera, despierta su curiosidad, su hambre. Se acercan. Es una puerta por dónde una gran masa de seres podría pasar sin hacerse molestia, todo si no estuviera esta tan cerrada como lo estaba. Las cabecitas de los seres, de ella y de él, miran hacia arriba para leer la inscripción. Mientras se dan cuenta de que las palabras son inteligibles para ellos logra descifrar: Sfyria -qué es lo mismo que Esfera- pensaron, y al pensarlo, todo quedó consumado: ellos están frente a la puerta y la puerta está frente a ellos. Sin embargo sus manos picaban, como si traviesas agujas nadaran en sus pieles, o como su una espesura de aserrín entorpeciera sus movimientos: es la desnudez de llaves. Finalmente se dan cuenta de que están desnudos y entonces este vacío termina.

domingo, mayo 13, 2007

Novela Online "El Retorno a Sfyria"


Quizá porque no tenga nada que hacer, o quizá porque mi alma me lo ordene, escribo ahora una novela que, para hacer más pública y más difundida, será Online. El nombre es "El retorno a Sfyria". El nombrecito se les hará conocido a algunas personas allegadas a mí.


A manera de introducción:


- Alguna vez... algunas veces siento... siento que esto no lo es todo. Siento como si... como si la vida fuera, no se, otra. No se si me entiendan, pero es que esto no me parece suficiente. Bueno, sí, es "suficiente" pero es que aveces siento que pertenezco, o he pertenecido, a otro lado... a otra parte... a otra existencia... a otra yo - Dijo ella desde el infierno.


Con eso los dejo.

Ya el primer capítulo está publicado, y se publicará mensual o quincenalmente.




Gracias miles por leerme.

Y no teman dejar sus comentarios, me construyen.



jueves, mayo 10, 2007

La amabilidad de la almohada

Para cuando el termina día,
no importa cómo este haya sido
la cama está siempre esperando
con la misma alegría.



miércoles, mayo 09, 2007

Vacío #1

He aquí el primer vacío. Anuncio que este texto no pretende ser entendido, así que no peleen con él. Simplemente viajen en él, si es que se puede.
Por favor, quién en verdad sienta algo profundo con este texto hágamelo saber.




- ¿Cómo?... ¿Cómo lo puedes hacer tan apurado? El tiempo… ¿Acaso el tiempo no te puya la espalda?

De todas maneras, yo solté el cuchillo. Habían dos posibilidades: O estaba dentro de una marejada de oscuridad pastosa cuya única salida era el agujero lejano que mi cuchillo había hecho, o había mucha luz en mi entorno y un cuchillo rebotaba en el mismo puente en dónde mis pies estaban. Tú decide. Lo mismo da de todos modos.

- Lo hago. O no. No lo hago. Mi mano se suelta sola de vez en cuando.

Sí, tienes razón. Te la doy toda, todita la razón. Esto no tiene pero NINGÚN sentido. No tiene lógica, no tiene razón. Pero pon la mano en la hoja, o pantalla. ¿Vez?: Vivo. Está vivo.

- Shhh… No le digas a nadie que estoy vivo. Y te pido un favor. No me des forma. Me gusta este lugar. Tan apacible, tan tranquilo. Tan de pozo de agua cuya superficie no se mueve.

Le gusta estirar sus brazos en tus ojos. Dejar a sus letritas saltar en tu cabeza. Sería tan lindo. Tan lindo si esa culebrita enrollada que duerme en tu cráneo no tuviera el hambre que siempre tiene. Las ganas de completar todo. Discúlpame un momento.

- Te abrazo. Ya solté el cuchillo y te abrazo. No te preocupes, lo logramos. Aquí estamos solos, o lo más solos que podemos estar. Quien nos lea hasta aquí ya perdió la cordura, o nunca la tuvo. Así que es nosotros, y siendo nosotros, no nos acompaña. Le hicimos Jaque Mate

Te hicimos Jaque mate. Vete. Piensa: nosotros dormiremos despiertos.

Sin forma.

Notificación

Notifico:

Bienvenidos a "la voz del viento". Aquí solo hay cosas que yo escucho cuando viajo. Ahora bien, puede este ser un viaje a cualquier lugar: un viaje en bus de un ricón de la ciudad a otra ciudad, un viaje de una parte de mi ser a otra parte de mi ser, un viaje a las razones increibles de la humanidad, o un viajecito relajante a una estrellita de por allá que tengo guardada. Pueden estas cosas interesarles enormemente y parecerles exquisitas, o simplemente ser de pinga de escuchar, o también existe la siempre presente posibilidad de que no les interese en lo absoluto.

De todas formas aquí les dejo las cosas que he recolectado en mis viajes por el mundo que no se toca. Así como también alguna que otra cosa que me parezca necesario decir.

Hasta entonces.

Ah, cierto. La serie "Vacios" consta de 3 textos de los cuales el último está dividido en siete. Aún se sigue escribiendo e iré subiendo a este espacio los textos que tenga listos. Toda la serie pertenece a una novela llamada "El retorno a Sfyria"... el que ya me conozca seguro reconocerá el nombrecito.

Nos vemos amigos, y gracias por leerme.