miércoles, junio 06, 2007

Petit la muerte


Es así. Me quedo dormido con un libro en el rostro.

Levanto el techo de papel y veo esto. Un desfile de figuras rascacielosas, patas alargadas y delgadas, cuerpos lejanos y animales; se acercaban a mí. Esos mamíferos jugando a ser insectos sobre el agua se acercaban a mí. Con un paso traquilo, doble, pum pum, pumpum, pum pum, pumpum pum pum. Yo era un yo de tela negra, no sé si sigo siendo.

Risas, escucho. Diviso y a lo alto, montadas en los animales, varias figuras disfrutan. Desnuda la mujer de todas las mujeres frota su sexo contra el lomo del león de patas largas, orgasma llamas que se derraman y llueve; noto entonces que deshace su moral en una serpiente roja. En otro animal va mi sombra, con una máscara plateada, sonriente. Esta era la que lanzaba esas risotadas fastidiosas, estridentes, reventadas. Trancaban el CD de mi sueño. En otro, el elefante, voy yo y ya no estoy abajo. Es entonces que juego.

- Esta muerto amigo, tu no eres mi amigo, pero de todas maneras estás muerto - Risoteaba la sombra

Y me dí cuenta de lo cierto. La falta de cuerpo me elevaba dulcemente hacia todos mis miedos. La necesidad de una realidad me hizo pesado. Todo, todo, se derritió y me cubrió.

Estoy ahora en un ataud que luego abro. El ataud flota en un mar infinito, de horizonte nocturno y hermoso. Me dí cuenta de que entonces estaba solo, de que y esto siempre había sido una realidad irrevocable.

- Sigo muerto ¿Verdad?

Y a lo lejos un faro me respondió.

Carlos Viento con un poco de Karel.