lunes, mayo 18, 2009

Adios, Mario.


Mario Benedetti, en un conferencia en el Museo Carriillo Gil, de la Cd de Mexico1979 por Pedro Meyer


A vos que te fuiste, pero te quedaste.

Se nos fue Mario, ayer domingo, a los 88 años de edad. Como una pasita, su cuerpo. Como una seda, agüita agridulce, su poesía.

Lo comencé a leer en la escuela de letras, por mero accidente, cuando una chica me leyó sus poemas en Inventario. Desafortunadamente para la chica y afortunadamente para mí, por un apuro, dejó el libro olividado. No la volví a ver. No recuerdo su nombre. Pero todavía hoy recuerdo a Benedetti.

En el transcurso de mis pasos lo seguí leyendo, escuchando las críticas ya bien sabidas que le hacían, y de seguro aún hacen, los eruditos en letras. No es que esté mal que se la hagan, sino que algunos de ellos creen que está mal hacerlas mientras está tan reciente su muerte, y por eso pausan, por un tiempo.

Lo que no saben - ¿O sí? - es que Benedetti, como otros autores, trasciende su cuerpo. Está en sus letras.

Hoy lo recuerdo, e invito a recordarlo, leyéndolo. Y no propongo leer lo típico, lo usual, lo conocido. Ya todos se saben "Te quiero" y "Corazón coraza", La "Táctica y estratégia" y "que podemos contar con él". No. Quiero recordarlo con unos poemas no tan conocido de él. Sus haikus.

Aurelio Asiain me hizo, hace ya algun tiempo, la aclaratoria de que estos no son haikus. No tienen el procedimiento. De eso comento mejor en esta nota.

Pero lo cierto es que, haikus o no, siguen siendo Benedetti.

Porque no hay mejor manera de despedirse:


Si en el crepúsculo
el sol era memoria
ya no me acuerdo.


La muerte invade
de vez en cuando el sueño
hace sus cálculos.


Los pies de lluvia
nos devuelven el frío
de la desdicha.



Las religiones
no salvan / son apenas
un contratiempo.



Después de todo
la muerte es sólo un síntoma
de que hubo vida.



A nuestra muerte
no conviente ni olvidarla
ni recordarla.



Lo peor del eco
es que dice las mismas
barbaridades.



La mariposa
recordará por siempre
que fue gusano.



Hay pocas cosas
tan ensordecedoras
como el silencio.



Los hombres odian
presumen sueñan pero
las aves vuelan.



Me gustaría
mirar todo de lejos
pero contigo.



Puedo morirme
mas no acepto que muera
la humanidad.



Llueve si ruido
pero bajo el paraguas
funciona el beso.



Quisiera verte
en vigilia o en sueños
o dondequiera.



Ola por ola
el mar lo sabe todo
pero se olvida.



Una campana
tan sólo una campana
se opone al viento.



Ya todo es rojo rojito, Mario.
geranios rosas vino
banderas sangre




Botella al mar
esa que esperan todos
y está vacía.



La poesía
dice honduras que a veces
la prosa calla.



Cuando reuní
mis insomnios completos
quedé dormido.





Dulces sueños, Benedetti. Te despertaré a ratos entre páginas.






Nota: Los poemas son del libro "Rincón de Haikus", editado por Alfaguara. El texto completo, online, se puede conseguir aquí. En Maracaibo, en algunas librerías, aún se consigue el libro, olvidado entre los estantes.

3 comentarios:

  1. Las palabras trascienden, y se agradece: de momentos congelados entre páginas nace la poesía, desde mi huequito.

    Ya, ya, voy. Ya leo a Benedetti, voy, voy.

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  2. no fue por mario que conocí los haiku pero saber que mario los escribía, mario y, julio los traducía... me hizo leer haikus. antes no creía en ellos

    sabías que salvo el crepúsculo es un verso de un haiku?

    pero bueno, no vinimos a hablar de julio sino de mario. pero quién osa hablar de mario? más bien, él habla por nosotros,
    bueno
    por mí siempre ha sabido hablar

    saludos negros, carlos, de luto entero

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  3. "Ola por ola
    el mar lo sabe todo
    pero se olvida."

    No era un " elíptico " , pero tantas veces habló por nosotros ...
    Ya se confunde con el habla de la gente .
    Saludos !

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