jueves, febrero 10, 2011

Navegantes de las redes sociales

Migramos por las redes sociales como pueblo perdido buscando la tierra prometida. En cada red la encontramos, porque la promesa siempre fue espejo y fue verdad; pero, como es de esperarse, ante el espejo, como ante la nada, dejamos de reconocernos y no nos queda otra que migrar.

La sociedad socialísima que es tejido ciego: nos tejemos sin tocarnos, y con hilos tan endebles cualquier viento nos barre.

Ya lo han dicho otros: somos amigos de todos y entonces de nadie. El mensaje más privado de todos queda oculto hasta para sus posibles emisores, y el receptor, siempre hipnotizado, duerme ante un pop-up que nadie previno.

La nada se llena de ruido y es nada de nada que no deja ningún espacio para respirar.

Para no perdernos en estos mares, hará falta sembrar de cuando en cuando un arbolito, o ponerse hablar con piedras en la isla más cercana.

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