El hombre con sombrero salió una noche a buscar a su piedra, pero se encontró con una sorpresa: ahora había dos piedras. Quería hablarle a la piedra pero ¿A cuál piedra le hablaría? ¿Cuál de las dos sería, de hecho, su piedra? Entonces tuvo que decidir: le hablaría a la piedra, o le hablaría a la piedra. Pensó y pensó, luego pensó un poco más y decidió.
- Buenos días doña Piedra ¿Qué tal le va? – Le preguntó el hombre al espejo. .ojepse le ne ardeip al óidnopser -…-
Carlos J. Díaz
*kaze
Carlos J. Díaz
*kaze
Mientras tanto, al otro lado del espejo...
Nota: Recuerda ésta a ésta entrada
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