
Que quiero hacer una autobiografía para Per-versos, cuyo trabajo felicito, ya que es el único notorio que se hace en favor de la literatura en la región. De hecho, hice el ejercicio de autobiografía: me dispuse a suponer, en breves líneas, el transcurso de lo poco que llevo de vida.
Supuse, por ejemplo, que cuando nací me tragué todos los tornados de esta ciudad. Desde entonces soy el viento, pero de nada de esto me entero. El viento me lo dijo cuando tenía 11 años: que yo era el viento, que él era yo y que no me quedaba de otra.
Luego, fue el crecer en donde no tenía que estar. De pie, en tierra, entre concreto, con gente de concreto y bien concreta. Yo soy el viento, un volver todo el tiempo. ¿Qué hago aquí?
Me convertí en un error. Un error que contaba el cuento de no ser un error. Contaba el cuento de ser feliz de ser la E de la calculadora. La ecuación que no da. El viento. Error. Un disque haiku.
Pero ni modo.
Del error se hace un baile,
Eternamente.
Carlos J. Díaz
Kaze
Kaze
Realmente fue una lástima el no poder participar. No pude confirmar mi deseo de asistir. Felicito a los que sí asistieron que, en maneras largas, a veces enredadas, a veces pobladas de hermosas imágenes, o a veces entre imposibles cavilaciones, tuvieron el valor de contarnos algo desde quienes son.