martes, abril 22, 2008

Dame el silencio

Dame el silencio
Con un gesto, son una sonrisa, con algo,
Pero dame el silencio.

El silencio de los arboles en este día,
En esta noche,
En esta eternidad en la que te espero.

Dame el silencio,
Dame la nada,
Una mirada, un abrazo, una palabra.

Dame el silencio,
El negro, el absoluto, el eterno,
Qué se me olvide todo.

Lo que harás hoy,
Lo que harás mañana,
Lo que hiciste ayer,
Bórrame todo menos el presente,
Ese, en el que siempre estás.

Dame el silencio.


lunes, abril 07, 2008

Nació viejo








Muy bien, amigos y amigas. He vuelto. Le vent ha vuelto. O yo, Carlos, Duilfo, ese mismo que delimita mi existencia. (Se pueden ahorrar los análisis psicológicos por ahora)




La razón por la que no había escrito, pues... no es relevante. Simplemente era necesario.


Lo relevante es que la crisálida se ha roto.




O por lo menos así me lo dijo él, el viejo.


Porque me encontré un viejo deshojado que me contaba cosas, que salvaba el mundo al cerrar los ojos, que creó el primer suspiro del mundo... que él era el viento.




Le creí ¿Por qué no? Hasta donde yo lo veía él podía ser el viento, aunque también podía ser Dios disfrazado de indigente, o buda que se dejó crecer la barba. Cualquiera que fuera, me agradaba mucho escuchar sus historias.




Cuando me conoció me dijo -Nada es más bonito que el otoño en Maracaibo - Mientras sonreía. Yo le dije que no existía tal estación en Maracaibo, y él me respondió - ¡Mira mi piel! es una hoja de otoño, yo soy otoño ¡Que lindo es el otoño en maracaibo!...




No los voy a aburrir con las historias del viejo. Lo cierto es que me hizo una pregunta que quisiera dejar aquí: -Muchacho, si en tus manos estuviera salvar el mundo ¿Lo harías? ... y si lo harías... ¿Por qué lo harías? Si me gusta tu respuesta te daré un pastelito.




Estaba muy rico el pastelito.




¿Qué dirían ustedes?