domingo, noviembre 18, 2007

Expo Feria de la Chinita (o a mí tampoco me gusta el nombre)

Hoy me fui hasta el círculo de los militares. Nunca he comprendido muy bien qué tiene de círculo ese lugar, ya que es un edificio de proporciones poco regulares que no siento necesario describir; y tampoco he sabido qué hacen los militares ahí (sí, yo también me he imaginado a los militares arrodillados en el borde de un círculo dibujado en la arena, jugando la partida más intensa de juego de metras).

Lo cierto es que al llegar me encontré con lo mismo que me encuentro todos los años que voy al círculo militar por estas fechas: La expo feria de la chinita, que tiene lo mismo que tiene todos los años (hasta tuvieron el descaro de poner los mismos stands, en el mismo lugar que el año anterior). Sin embargo no fue un viaje en el que perdí mi tiempo (tales viajes no existen) ya que encontré tres cosas interesantes. La primera, un puesto de chinos, que vendía cosas chinas, con chinos que lo atendían, y con precios muy chinos, lo que me pareció perfecto para comprar el buda de jade que desde hace ya bastante tiempo ando buscando. La segunda es el irónico hecho de pagar tres mil bolívares de entrada para, adentro, ver que todo lo que puedes comprar tiene mil o dos mil bolívares de sobre precio (supongo que esto no preocupa tanto, ya que el próximo año serán sólo uno o dos bolívares de sobre precio). Y la tercera y mejor cosita interesante que me encontré fue lo siguiente: Un puesto de churros (ver imagen). Claro, puestos de churros no son muy difíciles de encontrar, sobretodo en época de feria. Pero este puesto me atrajo por una razón: Su lucky cat. Lucky cat, dígase de el gato dorado que tiene todo restaurant chino, cuya pata constantemente se mueve, hipnóticamente, hacia delante y hacia atrás. Este gato está en el imaginario chino y japonés desde hace un tiempo ya, y se supone que su pata en movimiento atrae el dinero. Lo curioso de este específico gato dorado, es el lugar en donde se encuentra: en un puesto de churros (no chinos), atendido por dos amables gochos (no chinos), entre aderezos para churros como leche condensada y sirope de chocolate (NO CHINOS). Los amables señores que atendían el puesto me confesaron que habían comprado el gato en el puesto muy chino que habían mencionado ya anteriormente, y que había incrementado su clientela. Accedieron a tomarse una foto y siguieron sirviendo sus churros.

¿Qué les puedo agregar? Puedo ponerme filosófico y empezar a hablar sobre la globalización y las culturas mezcladas, pero sinceramente no es lo que a este viento le interesa.
Lamentablemente no tenía dinero como para comprar mi propio lucky cat, así que felizmente, con mi buda de jade y mis nuevas fotitos, me fui del círculo, y dejé a los gatos jugando metras.




El Duilfo

lunes, noviembre 12, 2007

Time, o la parábola de una cosa que no se como se llama

Time:

Una película ha llamado mi atención. Tiempo, de Kim Ki Duk (Muy Coreano). La encuentro en uno de los puestos de “El pasillo” de la UCV, en mi viaje para ver a Jorge Drexler. La llego a ver un mes después de haberla comprado y, como en el momento justo, se dispara un mar de sensaciones desde la pantalla de mi Pc (Sí, no tengo otro lugar donde ver películas en mi cuarto. No, no tengo televisor en mi cuarto. No, no soy extraterrestre… no tanto).

La película, brevemente, cuenta la historia de una mujer que teme a que su novio se canse de ver el mismo cuerpo y la misma cara todo el tiempo, por lo que se torna paranoica y decide, muy lógicamente, hacerse una cirugía para cambiarse el rostro. Pero realmente estos hechos son la puerta a los diversos significados de la película, pues la misma esconde un universo de vacios para que uno juegue a colorear el mundo de los personajes. Es una obra de arte, que debe ser apreciada por aquellos que ven las películas para buscar algo más que una historia entretenida, pistolas, dibujos con chistes sarcásticos, o algún par de senos.

Es una metáfora del tiempo, que nos deja en el aire la pregunta que si tal mismo existe. Sí tiene dudas acerca del poder que tienen los relojes, de por qué se repiten las cosas en nuestras vidas, de por qué tenemos la necedad de ir contra el tiempo que nosotros mismos diseñamos, y de aferrarnos a cosas que ya no están ahí, deben ver esta obra.

Finalmente les dejo pensando sobre esta imagen (de la misma película y, al mismo tiempo, de un parque de esculturas real, en Corea). Observen las manos sosteniendo a la chica. Observen la escalera que esta deja en el infinito, observen las raíces en el agua. Sentí, cuando vi esta escena, que las manos eran el tiempo humano, el presente, abierto todo el tiempo, porque cerrado no nos podemos sentar en él; la escalera que se va hacia el infinito, es el tiempo futuro, siempre inexistente e inexplorable, solo imaginable; y debajo del agua o tierra, ya donde no se puede desenterrar (y desenterrarlo es una tontería que puede arruinar la base de la obra) esta el pasado, la memoria y los recuerdos. Entonces uno se sienta en donde están las manos abiertas, porque no es posible vivir en otro estado, porque no puedes vivir bajo agua o tierra, o en un lugar que no está hecho aún. Solo el presente nos abre las manos.


Los dejo por hoy. Nos vemos en unos días.




Kaze

viernes, noviembre 09, 2007

Sueño bidireccional

Un día como todos me despierto en el medio del cielo. Mi cama flotaba en el suelo del firmamento, hecho, como sabrán, totalmente de algodón de azúcar refinado. Me bajo de la cama, cuidando muy bien de comenzar con el pie derecho, entonces pienso: “¿Por qué cuando uno comienza con el pie izquierdo, comienza mal el día?” Inmediatamente se levantan de las nubes un centenar de podios, de esos que usan los dirigentes políticos, o dirigentes eclesiásticos, o cualquier otro tipo de titiritero vulgar; y hombres hechos de papel periódico empiezan a balbucear violentamente palabras muy ciertas en lenguas que definitivamente no entendía.

Al cabo de un rato me terminé por cansar de toda esa verborrea de palabras extrañas que aún no resolvían el hecho de comenzar con el pie izquierdo o derecho. Para no herir sentimientos, simplemente, decidí acercarme al borde inferior de la cama, y bajar con ambos pies: Al-mis-mo-tiem-po. Al unísono con esa acción polisílaba miré hacia abajo. El planeta se extendía con todo su esplendor, y desde la región dibujada con nombres de China, Cuba, Latinoamérica, Rusia y otros que simplemente no sé escribir; se levantaba un vapor rojo seco, rojo oscuro, rojo sangre marchita y vieja, como si fuera un suspiro de la arena que la tragó hace años y años, y años. Y al llegar a la altura en donde yo me encontraba tomaron forma vaporea-humana. Ellas no hablaron, susurraron. Ellas no gritaron, advirtieron. Ellas me abrazaron, y desaparecieron.

No tardó mucho tiempo para que yo entonces dejara de mirar abajo, y mirara al horizonte multicolor sin pensar mucho en lo que había sucedido. Me deje tragar por el amanecer, y con ambos pies, comencé mi día.

miércoles, noviembre 07, 2007



Les disparas a los perros negros que son el miedo. No, no. Espera, tranquila. No tengo nada contra los perros reales, sino esos ficticios tan tuyos que son los miedos. Y bueno, sí, como son tuyos y de tu mente tienes como derecho a dispararles con una pistola imaginaria, ¿no? Así que le disparas, los confrontas, y de las heridas y gritos de los perros brotan 100 flores. Y así se cumplen algunos deseos, pues algunos desean que broten 100 flores. Lo que me hace pensar… ¿por qué pienso?

En fin, estoy de acuerdo en que las tortugas probablemente sean budistas, la paciencia es una característica tan meditativa de estos animales, que los coloca en un escalafón superior de la escalerita espiritual. Ellas y los gatos. Pero de los gatos hablamos luego.

Nos vemos.





Kaze.

martes, noviembre 06, 2007

Manual de Carreño 2.0 - Para caninos-

El cielo le regala al mundo esta imagen, y seré lo que debo ser: Voz del viento que lleva el mensaje del cielo a los pocos ojitos que lo quieran ver. Muy apropiado al hoy el hoy.

La autora: Natalia Álvarez
La obra: Manual de Carreño 2.0 -para caninos-
El material: Papel bond y tinta china (en este caso, cyberchina)

Mundo


Usualmente, viniendo de mí, esto sería un comentario, incoherente y sin mucho sentido o relevancia, sobre alguna carta del tarot, o algún pensamiento disquefilosófico que pretenda hacerme ver algo como muy inteligente o merecedor de lectores en un blog, o de los lentes que llevo puestos. Pero sucede que no viene de mí, y mí ya no tener estas necesidades tan ególatras (creo, espero, al menos no sean de tal grado), sino que se trata de uno de mis alumnos. Él escribió lo siguiente.


Érase una vez un hombre, que cada vez que salía a la calle lanzaba un papel al suelo, y siempre era lo mismo. Hasta que un día vió las noticias y oyó que nos quedaban pocos años de vida, que la tierra estaba muriendo, pero no le importó y creyó que era mentira, que era pura publicidad. Pasaron meses y oyó que en la India hubo un tsunami y que era por causa del calentamiento global. Todas las personas gritando por las calles "NOS QUEDAN POCOS AÑOS" y el hombre le dijo a su familia que iban a hacer una campaña de recolección por toda la ciudad, y dieron discursos por todo el país, y la gente empezó a tomar conciencia. Dejaron de tirar basura, las industrias pensaron en la tierra y dejaron de contaminar sin necesidad, se crearon nuevas tecnologías que no contaminen al ambiente, se salvó el mundo.


Atilano Barroso.

7mo Grado


Sí, puede que el hombre en cuestión nos recuerde mucho a Al Gore... pero lo cierto es que, a un niño de 7mo grado se le permite soñar, todavía.